¡Todo a IHUJL-1732!
- Walter Andrei
- 8 sept 2018
- 4 Min. de lectura

La pasión se sentía a cada instante, los gritos provenían de cualquiera rincón del planeta. La competición había comenzado.
La exaltación era evidente en las calles, todos estaban pendientes de los acontecimientos. Apenas tenía algunos primeros segundos de haber comenzado y ya había más de la mitad del rating esperado para toda la competición conectado viendo lo que sucedía. Parecía que de nueva cuenta iban a romper récord, como lo hicieron cada año, casi continuo; estableciendo nuevas marcas que jamás se hubieran imaginado antes.
Las primeras acciones comienzan, todos los participantes se ven ligeramente conservadores, primero intentan identificar la estrategia que su oponente va a seguir. Esperando a que alguno cometa el primer error que detone el verdadero juego, lo que de la pauta de cómo se va darse el juego completo.
Hace años que se viene haciendo de manera frecuente el YRMNI, muchos lo ven como un juego, bueno, un videojuego más bien, aunque se tienen las sospechas de que pudiera ser real en algún lado, pero eso son solo especulaciones, nada concreto. Como todo juego, tiene sus reglas que dictan lo que se puede hacer y lo que no, sin embargo, por más condiciones que pongas, las posibilidades existentes son impresionantes, haciendo que el juego más bien pareciera un juego de azar. Empero, si nos ponemos a verlo con detenimiento podremos encontrar que tienen más parecido con un comportamiento caótico, donde las condiciones iniciales dictan mucho del comportamiento futuro, y los jugadores lo saben muy bien.
La competición se divide en varias etapas, algunas de ellas son jugadas de manera individual y otras en conjunto; fuera de ello ninguna se parece a su antecesora. Siempre están innovando el juego, por lo tanto los jugadores tienen que modificar su comportamiento, tienen que evolucionar. Pero como toda buena evolución, te puede llevar a triunfar sobre los demás, o te hace caer definitivamente, así de sencillo.
Son miles los jugadores que están intentando ser el vencedor, así como en su tiempo fueron los videouegos online donde todos intentaban ser los mejores. La idea de hecho es parecida, se podría decir que de ahí ha salido prácticamente; en pocas palabras el padre del YRMNI fueron los videojuegos online de épocas de antaño donde los usuarios hacían todo lo posible por ser lo mejores, ser aquellos con el mayor nivel, o con los mejores objetos del juego, el mayor puntaje o lo que corresponda con cada juego. Lo mismo aquí, la única diferencia es que estos juegos son a muerte, literal, aquel que pierde ya no regresa jamás. Muchos habrán pensado quizás en una novela de hace ya muchos años llamada "Los juegos del hambre", y no estarían muy alejados, pero posiblemente estarían más cerca los que hubieran mencionado "Desperate games" aunque aún así difiere mucho con la idea por una cosa vital: el significado de morir.
La tensión en los jugadores es de esperarse, muchas cosas están en juego, y un movimiento en falso es suficiente como para pasar a la historia pero sin ser recordado, así como aquellos que proponen algo que resulta ser equivocado; toda una vida tirada a la basura simplemente por haberse equivocado.
Los movimiento de cada uno de los jugadores son diferentes, algunos rápidos, otros lentos; unos esperando a que los demás se muevan, o tendiendo trampas, en fin, todo aquello que solo alguien que haya jugado algún videojuego puede comprender. Pero, de entre todos sobresale uno: IHUJL-1732.
La mayoría de las cámaras lo enfocan a él, lo siguen a cualquier dirección en la que se mueva; muchas de ellas intentan incluso colocarse en su campo de visión para tratar de ver exactamente lo que está viendo, intentando de esa manera comprender los motivos de cada uno de sus movimientos. Existen expertos por todos lados estudiando a fondo su comportamiento, intentando aprender todo lo posible, investigando meticulosamente cada uno de los frames en los que lo pueden ver.
Para cuando la competencia lleva poco menos de diez minutos los aspirantes al triunfo se reducen de forma exponencial, quedando algunas decenas de ellos. "Ese es el verdadero comienzo del juego" dicen los fanáticos del YRMNI, ya que es en estos momentos donde quedan aquellos que saben cómo va esto, y proponen las más bastas e interesantes estrategias para hacer caer al contrincante y así seguir en la competencia. Evidentemente dentro de los restantes se encuentra IHUJL-1732 —o IH32 como le dicen sus fanáticos—. Así siempre ha sido desde la primera vez que entró, jamás ha perdido, es por eso que está compitiendo en esta edición, solo el ganador tendrá la posibilidad de volver a ingresar a la arena en la siguiente edición. Esto no resulta contraproducente por un sencillo detalle: a partir de analizar el comportamiento de todos los jugadores vencidos mejora su técnica para hacerla cada vez más exacta, más perfecta; aprende de los resultados de los demás.
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—La transferencia ha sido completada con éxito— escucha Lefaln en la lejanía, pero no le sorprende, al contrario, le provoca un suspiro de alivio—. ¡Suerte con su apuesta!
—Amor —susurra Lefaln en el oído de su pareja— cuando ganemos vamos a comprar todo lo necesario para hacer nuestro propio jugador. ¡Va a ser increíble! —un sonido de afirmación termina la frase y al acabarse ambos vuelven a concentrarse en la transmisión del YRMNI, ahora solo quedan dos contendientes: IH32 y un novato completamente desconocido llamado AOPG-8273.

Photo by Aidan Bartos on Unsplash
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El llanto de Lefaln, así como el enojo.
"Cuenta sin fondos" fue la frase que lo puso así, y la razón: su AI a quien pidió eligiera al ganador por el cual apostarían, y lo hizo por el evidente: IH32. Pero, para sorpresa de todos, perdió.
La noticia corrió rápidamente: "el más grande ha caído", y la pregunta era evidente: ¿quién desarrolló los algoritmos de AOPG-8273?
Tuvo que pasar algo de tiempo para poder contestar la pregunta, pero finalmente llegó. La respuesta era sencilla y muy intuitiva: si la AI controla el mercado bursátil, era evidente que uno de ellos se iba a comprar su propio jugador, y más que eso, también lo iba a entrenar.
Créditos imagen de portada: Franck V. on Unsplash
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